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21 El antiguo arroyo de Quisón
barrió con todos nuestros enemigos.

»¡Adelante, siempre adelante!
¡Yo, Débora, marcharé con poder!

22 »Los caballos de Sísara
salieron a galope tendido;
¡sus cascos retumbaban como relámpagos!
23 Y anunció el ángel de Dios:
“¡Que Dios castigue
a los habitantes de Meroz!
Porque no vinieron a ayudar
al ejército de Dios,
¡no quisieron luchar por él!”

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